Esta vez fui con Mariano, un compañero ideal para estas aventuras. Nos llenamos con sus paisajes y las montañas que nos rodeaban.
Continuamos con ritmo "caba", casi automáticamente! Fueron 3 días a pleno Sol, que nos hizo todo más fácil. Sólo nos dedicamos a caminar, disfrutar y admirarla. La pared sur
del Aconcagua nos esperaba y fuimos a visitarla.
Nunca dejo de emocionarme frente a ella. Esta vez no fue la excepción. Y mi amigo Mariano me acompañó en la emoción.
Una aventura corta, renovadora de energías internas que seguramente, espero, se repita pronto!
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