domingo, 27 de febrero de 2011

Y ahora?

Me siento como en una depresión post parto. Aunque nunca parí, he escuchado que luego del parto viene una depresión. Es mas o menos así como me siento en este momento. En estas vacaciones he andado bastante por las montañas. He esperado todo el año para tener tiempo suficiente para salir a las alturas y cuando me llegó el momento creo que lo he aprovechado muy bien.
La cuenta final dice que alcancé 5 cumb
res (en orden de llegada: Falso morocho, San Francisco, Bertrand, Penitentes, Serrata). Cada una representó algo distinto, y cada u
na tuvo un sabor especial: desde la aclimatación en el Falso Morocho, la belleza de la cumbre del Bertrand, mi cumbre más alta en el San Francisco, el desahogo de mi amigo que vivía un momento especial en la cumbre del Penitentes y la alegría de llegar a una cumbre sin rastros en el Serrata.
Escribo en domingo por la tarde, donde mucha gente se deprime y se siente mal.
En la mirada retrospectiva de mi viaje me encuentro con una sen
sación que es fuerte, y que es la que motiva que me siente a escribir y compartir en el blog luego de mucho tiempo.
Recuerdo en una charla de carpa en la quebrada de Vargas, le pregunté a mi compañero qué buscaba en las montañas? Es un lugar bellísimo, y eso siempre motiva a la meditación.
Además de la necesidad interna de buscar razones de las cosas que nos pasan en la vida no?
Él me expuso sus motivos y yo les di los míos. Coincidimos en varios, menos mal...
La mañana siguiente, en una mañana soleada y fresca me senté a tomar unos mates en el arroyo que desconozco el nombre, justo al lado del refugio Grajales.
El curso del agua estaba agitado, la noche anterios había llovido con intensidad, y las cumbres mas altas aparecieron nevadas. Un espectáculo inolvidable.
El Sol todavía no nos daba directamente y aun estaba fresco. Me invadió una sensación de alegria, plenitud, libertad que me es difícil de explicar. Me emocioné hasta las lágrimas, confieso.




Aquí en la imagen intento
mostrar los elementos necesarios para que eso pase. Pero no aseguro que funcione para todos. Es cuestión de intentarlo.





Sentarse en una piedra, cerca de un arroyo, mirar hacia la quebrada, el cielo azul, el aire fresco, los mates calientes, y la mente volando. Un momento que es, para mí, perfecto.
Aquí en la ciudad y e la vida real siempre imagino que en la montaña podría encontrar algún momento así. Y qué bueno que pude alcanzarlo.

Quería escribir sobre esto, y seguramente encontraré algún que otro individuo que sentirá igual.
Y como dice el título: y ahora?? vamos por mas??